domingo, 13 de diciembre de 2015

Renovando el pensamiento


El término "racismo" fue popularizado por el judío Magnus Hirschfeld, un sexólogo y activista pro-homosexualismo, en el texto y título de un libro suyo de 1933, Racism, que fue traducido al inglés y publicado por primera vez en 1938 por Eden y Cedar Paul.

Posteriormente, el término fue utilizado en 1930 por el judío marxista León Trotsky en un panfleto titulado Historia de la Revolución Rusa. En uno de los párrafos, Trotsky usa el término para mofarse de lo que llamó "eslavofilia". En el mismo sentido, un párrafo referido a los así llamados por él "racistas", se refiere a ellos como "asnos teutónicos", y en un artículo sobre el socialismo alemán de 1933, continúa hablando de "racismo".

"Racismo", es, por consiguiente, un término ampliamente utilizado por la izquierda política y el judaísmo en un contexto completamente eurofóbico, para desacreditar, demonizar y etiquetar bajo un discurso políticamente correcto, a cualquiera que exprese las ideas que presuntamente describe: a los movimientos pro-blancos dándole el cáracter negativo y reactivo de "odio" que actualmente domina en el léxico intelectual y popular. Es un término que ha sido definido y llenado con todos los significados que la izquierda y el judaísmo desea darle y no puede ser utilizado por los defensores de la identidad europea para ningún propósito constructivo. Cualquiera que use el término para describirse a sí mismo o sus ideas ya ha permitido ser maniobrado hacia el campo de su oponente y ha perdido la batalla semántica y filosófica. Tal ingenuo podría intentar definir ese término de otra manera, pero malgastaría su tiempo en explicar que lo que él quiere decir no es lo que todos los demás o su adversario piensa que es. Es inútil como término para comunicar ideas identitarias y quienes lo crearon, lo hicieron con esa intención.

Todo aquel que utilice la terminología del enemigo está cayendo inevitablemente en su juego e implica aceptar previamente la derrota. Aquel que insiste en identificarse con la terminología de su enemigo y en intentar defenderla, es porque le interesa defender más las palabras que a su propia raza; es más leal a las palabras que a su propio pueblo.

El primer paso, pues, para enfrentarnos al marxismo cultural, causante del genocidio de las razas, si queremos realmente despertar a nuestra raza, defenderla, revigorizarla y fortalecerla en calidad, y no sólo en cantidad, es la renovación total de nuestro pensamiento, de nuestro vocabulario. Todos los conceptos y palabras de la corrección política deben ser sustituidos por conceptos identitarios. Debemos darnos cuenta que el término "inmigración" es una palabra en clave para colonización e invasión, "inmigrante" es una palabra en clave para invasor, ya que el proceso que estamos viviendo, tiene una magnitud muy superior a la inmigración, y supone una ocupación de un territorio por grupos extraños, acompañada de la eliminación progresiva de la población autóctona, la cual sufre un auténtico GENOCIDIO. "Diversidad" es una palabra en clave para genocidio blanco, porque sólo los países blancos serán 100% "diversos" cuando no existan blancos en ellos. Igulmente debemos aniquilar el término "racismo" y sustituirlo por el de "supervivencia", pues los marxistas culturales han denominado "racismo" a cualquier actitud por parte de los pueblos blancos, que busque defender su supervivencia como pueblos. El término "antirracista" es en realidad una palabra en clave para "antiblanco".

Lo que los marxistas culturales llaman "tolerancia" ha de ser llamado "imposición". Las cosas verdaderas, justas, buenas y bellas no requieren tolerancia, se aceptan incondicionalmente, sólo los errores requieren ser tolerados y piden a gritos que se les tolere y en nombre de esa tolerancia, pisan las libertades y derechos de los demás. El concepto de "derechos humanos", debe modificarse incluyendo el de "derechos de los pueblos" y el de "deberes de los individuos". Los "sin papeles" deben ser llamados por su nombre: ilegales, clandestinos o invasores. El "aborto" debe ser llamado genocidio, pues es lo que realmente es cuando se aplica a la escala a la que se está aplicando hoy en TODAS las poblaciones blancas y SÓLO en las poblaciones blancas. La homosexualidad no es una "opción sexual", sino una desviación sexual. La "igualdad" es sólo un concepto jurídico, que implica que dos personas deben ser tratadas de igual modo si han cometido la misma falta o si tienen los mismos méritos, no es de ninguna manera un concepto ontológico como dicen los marxistas culturales.
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1. Adolf Hitler, por ejemplo, hablaba de instaurar un Rassenstaat, es decir, un "Estado racial" o "Estado racialmente homogéneo" y esto fue traducido erróneamente por algunos como "Estado racista" ("Estado racista" sería la traducción de Rassistischer Staat), lo que sirvió a sus enemigos para atacar su doctrina difundiendo la mentira de que Hitler odiaba a otras razas, y para que otros seguidores posteriores cayeran en la trampa que esto suponía. Decir que Hitler hablaba de un "Estado racista" es absurdo porque el racismo es producto de la interacción de dos o más razas y el Estado racial de Hitler consistía en una sola raza.

Extractos de:
-Metapedia: Racismo.

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